Atentado contra la democracia el autoritarismo de Jaime Bonilla
Cínico y déspota, son dos calificativos que le van como anillo al gobernador de Baja California, el ingeniero Jaime Bonilla, quien dice arbolar la cuarta transformación de nuestro país en el estado, solamente ha fungido como un gestor de autoritarismo en retroceso constante por la vía institucional.
A nivel nacional fue noticia el querer reformar la constitución local para que su período fuera de 2 a 5 años después del proceso electoral, la Suprema Corte de Justicia de la Nación declaró este cambio inconstitucional; pero eso solamente fue la punta de iceberg.
Después del decreto de expropiación del club campestre de Tijuana, por rencillas y rencor, Bonilla le quita la autonomía a las dependencia electoral (¿Maquilando un fraude?) y anti-corrupción, ahora estarán bajo el mando de la fiscalía general del estado, misma que obedece las ordenes de Bonilla como el misterioso operativo en contra de Zulema Adams.
Zulema Adams, presidente municipal de Tecate, fue blanco de un intento de arresto por la fiscalía, acoso legal iniciada por el gobierno del estado desde que no votó a favor de la ley gandalla, misma que permitía a funcionarios re-elegirse sin necesidad de dejar el cargo.
A Bonilla no lo multaron ni nada por violar claramente la ley atacar constantemente a la oposición y directamente al candidato del PES: Hank Rhon.
La otra de Bonilla, que parece emular a Kiko Vega con creces, fue endeudar al estado 3 mil millones de pesos, esto fue con la bendición del congreso de Baja California, que en su mayoría es morenista como el gobernador.
¿Cómo alguien en menos de 2 años puede hacerle tanto daño a la democracia y al pueblo? Citando al propio Bonilla para que entienda la masa crítica de la ciudadanía en las próximas elecciones: tonto es aquel que piensa que el pueblo es tonto.