Algunas cosas nunca cambian: todos fuimos pubertos rockers
El viernes de la semana pasada andaba en la WalMart de Calexico porque llevé a mi madre a que hiciera sus compras, mientras tanto recorrí la tienda para ver que novedades habían.
Total que llegué a la sección de blurays y dvds, no tenía muchas expectativas pero si había algo interesante o que me llenara el ojo lo llevaría, por ejemplo, hace tiempo que quiero comprar el bluray de Red Son. Me encontraba viendo las películas y en eso, a mis espaldas se dio una escena que me causó un flashback.
Escuché a una chica puberta muy entusiasmada como de 13 o 14 años decirle en voz alta a una señora “cómpramelo, mamá”, volteo como Capulina en Chisme Caliente (1977) y miro como mete osadamente al carrito del mandado un disco de vinil, observo que trae una camiseta de Guns And Roses y pensé: “vaya, todos empezamos con las mismas bandas”.
Pero luego escucho los argumentos de la morra para querer el vinil, muy infantiles como “esta es edición ilimitada”, y pensé “pésimo argumento, si es ilimitada no te tienen que llevar ahorita el disco” pero luego dije “meh, de seguro quiso decir limitada”.
La mamá, como todo jefe de familia siempre que un hijo le pide que le compre algo, le respondió con una pregunta haciendo un semblante de Droppy D “¿Cuánto cuesta?”, la morrilla insistió con “lo que cueste, es edición ilimitada”, la madre le responde con la misma pregunta que le hizo y la morrilla seguía escupiendo sus argumentos y la madre muy serena le dice “ya tienes muchos”.
Por curiosidad volteo para ver que vinil era y se trataba del Master Of Puppets de Metallica, un clásico y para muchos el mejor álbum de esa banda. Ya no quería andar de chismoso y me fui alejando para seguir viendo las películas pero estas dos avanzaban junto conmigo, lo cual hizo inevitable seguir escuchando su ligera discusión.
En eso escucho de forma más rogona a la chiquilla decir “es mi banda favorita de todas”, a lo que la madre dijo algo como que no traía dinero para eso y que era un gasto innecesario.
Entonces, muy indignada la puberta saca el disco del carrito y con él en sus manos dice con voz prepotente “pues le voy a decir a mi abuelita” y se va. Pasan como dos horas y en las cajas miro a la morrilla muy desanimada sin su disco, creo que la abuelita le dijo que no.
Recuerdo la primera vez que compré el Master Of Puppets, fue en cassette en el Tercer Mundo (una legendaria y desaparecida tienda de música en Mexicali) fui a pie y de regreso con mi nueva adquisición llegué a rentar Goofy: La Película, en el video club llamado Video Richy, un lugar que le debo horas de entretenimiento.
A los días se metieron a robar a mi casa y solamente se llevaron la videocasetera (ya había entregado la película) y la radiograbadora donde tenía puestos el cd de Avalancha de Héroes del Silencio y efectivamente, el Master Of Puppets.
Años después lo volví a comprar en CD pero ya estaba escuchando cosas más pesadas, mi gusto musical se volvió más exquisito.
Pero lo que me quedó claro es que muchos empezamos con las mismas bandas, algunos se adentraron a escuchar cosas más brutales y otros se quedaron el camino, cosa que no tiene nada de malo, tarde tiempo en disfrutar del brutal death metal y apreciar esas composiciones brutales, lo básico para muchos fueron las bandas más populares y por ende, más digeribles.
En video Richy las pelis estaban antes que el cine, la mera onda ese videoclub, todo suena tan remoto, allí rente la película de mortal Kombat (la primera) dos meses antes de su estreno en Mexicali. Saludos viejo.
Muy buena anécdota estimado Maldad