Abuchean a gobernadora de BC en el grito
Marina del Pilar Ávila Olmeda, gobernadora de Baja California, dio su primer grito de independencia la noche del 15 de septiembre omitiendo datos que manchan su fiesta patria y traicionando a los ideales de democracia y justicia.

Cuando los conductores del evento anunciaron que daría el grito, se escucha un breve abucheo, no fue tan devastador como el que recibió una semana atrás en la plaza monumental de Tijuana en el concierto del 90’s Pop Tour.
Posteriormente, entre sus vivas, habló como Vicente Fox (otra vez), al decir “bajacalifornianas y bajacalifornianos”, a su vez, “mujeres y hombres de Baja California”.
Lo peor fue que metió en sus vivas el “viva la cuarta transformación”, slogan de Morena y sus administraciones, aunque no hay transformación considerando que en esta fiesta patria en Mexicali, Baja California, se gastaron 7 millones de pesos, teniendo los artistas favoritos de Marina del Pilar: Emmanuel y Mijares.
El costo de los gustitos de la gobernadora pudieron servir para cubrir la instalación de aires acondicionados en las escuelas o ayudar en los costos del deterioro de las calles por las pasadas lluvias en el estado.
Otro dato que no dieron a conocer es que hubo acarreo, pues la avenida del hospital se veían autobuses vacíos, de esos que transportan gente en apoyo a eventos partidistas.
A su vez hubieron quejas de asistentes, pues negaban el ingreso de personas a la plaza de los tres poderes para dar el grito. La seguridad era inaudita para el palacio de gobierno para que se encontraran seguros los funcionarios ¿Miedo al pueblo bueno?
Marina presume que fueron “20 mil” los que dieron el grito junto con ella, cuando esperaban entre 25 mil y 30 mil personas, aunque solamente fueron aproximadamente 10 mil quienes pudieron estar en la plaza de los tres poderes para gritar con Marina del Pilar.
Luego hubo un show de drones y después tomaron el escenario Emmanuel y Mijares, que por cierto había un espacio exclusivo en frente para los fifís. Eso es tener el corazón por delante, el clasismo gubernamental y los mejores lugares para el gobierno y sus complices.
Pinches políticos, todos son iguales.