Gobernadora te baila y canta para que se te olvide su corrpución
Si piensas que los impuestos no se gastan en tonterías, Marina del Pilar Ávila Olmeda, gobernadora de Baja California, dice “quítate, que ahí te voy”, aprovechando cualquier momento para figurar y ahora lo hizo por medio del recurso del estado para bailar y cantarte una canción navideña.
El video fue subido a su página oficial de Facebook a nombre del gobierno de Baja California, donde aparece Marina del Pilar cantando y bailando ante la cámara, dicha canción se nota que fue grabada en un estudio de grabación musical profesional y la locación del video parece haber sido el CEART (Centro Estatal De Las Artes).
De fondo vemos adornos navideños, músicos, un coro de niños cantando y bailando, mientras Marina aparece “moviendo el bote”, en otras tomas tocando el piano (o haciéndole al loco) junto a su hija Marinita y también cargando al baby Diego, y todos nos preguntamos ¿Y el marido? ¿Se avergüenza de su esposo Carlos Torres? Todos sabemos que es un panista corrupto que fue el principal operador de Kiko Vega en el congreso estatal allá en el 2017.
Pero además, resulta de mal gusto por los gastos nada austeros que ha hecho la gobernadora, desde viajes de presunto trabajo que misteriosamente han coincidido con su aniversario de bodas a Francia y Alemania, hasta ir a Nueva York derrochando una fortuna para según promover inversión y turismo a Baja California.
Sin mencionar el arrendamiento de camionetas de lujo para funcionarios estatales de primer nivel y hasta la inversión del erario a la denominada “casa del gobernador” donde vivieron los prianistas, todo para que la gobernadora esté cómoda entre tanto lujo.
Y claro, los medios locales son pasivos y omiten la crítica a la gobernadora, lo cual es coherente considerando que los ha consentido con dinero público, pues se incrementó al doble la partida presupuestal para el gasto del gobierno en medios de comunicación.
El video da cringe al recordar los índices elevados de inseguridad, la corrupción en su administración y la vida que se da como si fuera la reina de Baja California y todo a costillas de los impuestos del pueblo; Así no Marina, ya ni Samuel García cayó tan gordo con su “Ponte nuevo, ponte león, vamos Nuevo León”.