Ya no quiso seguir atendiéndome mi nutrióloga
He bajado mucho de peso cambiando mi vida de excesos por una saludable, aquellos que me siguen en mi canal de YouTube, Facebook personal y otras cuentas se han da cuenta de ello, no hay secretos para perder grasa corporal, pero vamos por partes.
El inicio del cambio
La pandemia por el covid-19 inició en mi ciudad, Mexicali, Baja California, con restricciones a finales de marzo 2020 aunque los restaurantes comenzaron a vaciarse por el pánico de la gente al inicio de ese mes, posteriormente empezó el “quédate en casa”.
En ese tiempo estaba yendo al gimnasio, tendría un poco más de 1 año y bajé poco pero me sentía bien aunque comencé a subir de peso por darme atracones de vez en cuando, a lo que Víctor (un entranador y amigo) me dijo algo muy cierto: “de nada sirve que vengas al gimnasio sino cambias tus hábitos alimenticios”, eso fue en parte lo que me puso a pensar en ir con un nutriólogo.
Inicia la pandemia y dejé de ir al gimnasio, ese 2020 y 2021 le fue muy bien a mi canal de YouTube, por ello con el home-office y la bandera de “consume local” casi no cocinaba y comía lo que se me antojaba, entre hamburguesas, pizzas, comida china, tacos, y otras tantas comidas con alto nivel calorico, sin mencionar que estaba tomando un frappé diario.
El aumento de peso fue evidente y en marzo de 2021 cuando las restricciones por el covid-19 comenzaron a menguar tuve un encuentro con resultados sexuales y me preocupe porque mi erección no era fuerte, es decir, estaba alargado y crecido pero no firme. Se lo platiqué a un amigo y me recomendó hacerme exámenes de sangre puesto que podría ser diabetes u otra enfermedad derivada por la obesidad.
Me hice los examenes y afortunamente no fue nada de eso, salí bien, no obstante noté várices en la parte posterior de las rodillas, me di cuenta que la vida sedentaria del home-office y sin actividad física derivó en un gran aumento de peso. Fue en abril de 2021 que tomé la decisión de ir con un nutriólogo pero pasaron semanas por postergación de seguir comiendo mal y sin control.
Transmutación
Una amiga me recomendó una nutrióloga a quien llamaré Milena, cuyo consultorio se encontraba muy alejado de mi domicilio, hacía entre 40 a 50 minutos en auto, casi siempre llegaba tarde. Fue a finales de agosto de 2021 cuando inicié el régimen, sin dudas quería ir al gimnasio pero primero lo primero, cambiar los hábitos alimenticios.
Le dije a Milena que me la recomendaron, da la misma dieta a todos pero las cantidades son distintas si eres hombre o mujer, la atención es buena, te pesaba, media cintura y cadera, a su vez los indicadores de grasa corpolar, grasa visceral, edad metabólica y porcentaje de músculo. Llegué pesando 174 kilos y fracción.
Las consultas eran cada 2 semanas, bajé el consumo de alcohol pero nunca la dejé de tomar, un par de veces omití el consumo para ver si era un factor de obstruyera la bajada de peso y no, el exceso sí, como tomar entre semana. Comencé a perder peso, yo quería volver al gimnasio, Milena dijo que podía hacer pesas siempre y cuando hiciera también cardio.
A finales de noviembre de 2021 ingresé de nuevo al gimnasio y para diciembre de ese mismo año había bajado 21 kilos, para diciembre de 2022 había logrado bajar más de 30 kilos y el año 2023 estuve como el súper peso, es decir, subía y bajaba, subía y bajaba. Un conocido del gym me dijo que va haber un año en que no baje nada y de pronto volvería a bajar, que no me desesperara, que a él le había pasado porque había tenido obesidad.
Para diciembre de 2023 logré llegar a los 38 kilos abajo, Milena estaba contenta y ya tenía tiempo diciéndome que tendría que ser más estricto con los alimentos pues tenía ligeros permisillos, como una hamburguesa con papas fritas o llegaba a probar un poco de frituras pero nada exagerado.
Por las fiestas decembrinas, el famoso Guadalupe-Reyes, había un aumento por tanta comida en las posadas y convivios, era común en todos los que están a dieta, pero nada que se pudiera volver a bajar.
Le confesé que quería hacer un video al llegar a los 40 kilos menos, ese plan tiene meses, de hecho desde que baje más de 20 dije que lo haría. Mis hábitos cambiaron, al grado que en las “banqueteras” con mis amigos me llevo de botana tiras de apio.
Este diciembre pasado sí me pase de lanza pero no subí tanto como esperaba, es decir, al regresar a consulta con Milena en enero 2024, después del día de reyes, fue 1 kilo 700 gramos lo que subí, pensé que subiría 3 kilos, puesto que comí pizza, hamburguesas, papitas, rosca y de más comida chatarra.
Algo que no me gustaba de Milena es que me interrumpía al hablar, como para cortarme la onda o porque no le interesaba lo que le decía, se maneja por cita y horarios pero todavía no había alguien esperando cuando lo hacía (interrumpirme), incluso llegaban antes de que se acabara mi tiempo me cortaba la onda para atender a otros sin respetar que me quedan algunos minutos pero bueno, era un detalle al que no le di mucha importancia.
Pasé de usar camisetas 3XL o 4XL a XXL o XL, de pantalón pasé de 44 o 46 a 38 o 36, en shorts para hacer deporte pasé de XXL a L, me deshice de mucha ropa que me quedaba muy grande porque no quería volver a usarla.
Ultimátum: Mala estrategia
La segunda consulta del año, que fue el pasado martes 6 de febrero, estuve casi en su totalidad apegado a la dieta, digo esto porque hice algunos sustituciones, por lo cual esperaba bajar unos 2 kilos, sin embargo al subir a la báscula me había quedado igual y le dije a Milena que me volviera a pesar porque estaba seguro que había bajado algo y sí, fueron 100 gramos menos.
Anteriormente me dijo que no me obsesionara con el peso, esto porque me monitoreaba con la báscula del gimnasio, aunque no está calibrada me daba una idea de la ligera diferencia entre esa y la de Milena. Además, había periodos que pese hacer bien la dieta, uno suele no bajar nada porque la piel se ajusta o el cuerpo asimila el cambio de otra forma que por perdida de peso.
Bueno, la reacción de Milena no fue muy buena que digamos, aunque me dijo que me iba a “volar” por los indicadores ( y ¿Ella por qué no?), aseveró que creció mi masa muscular, la grasa corporal bajó como 5% al igual que la visceral, es decir, hubieron avances en los otros indicadores importantes, además de un centímetro menos en cintura. Es más, por segunda ocasión de todo este régimen es que bajé el porcentaje de grasa visceral.
Pero de la boca de Milena salió algo que nunca imaginé, dijo que me iba dar un ultimátum, que llegaba a los 40 kilos menos en marzo o que buscara a otra persona que me ayudara, luego mencionó que mejor hasta abril, que porque tenía mi taza de 40 kilos menos y que estaba esperándome ahí, que hasta tenía telarañas.
Era usual que a determinados kilos en forma de reconocimiento diera cilindros o tazas, tengo una taza por mis primeros 10 kilos menos, un cilindro por mis 15 kilos menos y otra taza por los 20 kilos perdidos.
Después de escuchar el “ultimátum” de Milena, mi semblante fue serio y le dije: “Entonces ¿Me vas a negar la entrada o cómo?” y ella respondió que no, comenzó a reír de nervios diciendo que estaba apenada por tomar esa medida, pero ni al ver mi reacción cambió de idea.
Mencionó que era obvio que le estaba pagando pero que no me comprometo al 100%, es decir, en vez de cambiarme a la dieta de siempre por una con menos caloría me dice que no estoy comprometido, eso me sacó de onda y pensé: “Vengo hasta acá, hago mi dieta, voy mínimo 4 veces al gimnasio por 2 horas a la semana y ¿Dice que no estoy comprometido al 100%?”.
No sé que estaba pensado ella con ese “ultimátum”, tal vez creyó que iba a motivarme a bajar de peso pero sentí que no me quería atender más, tal vez quería deshacerme de mi, no sé.
Ahora, he hecho muchas dietas en mi vida y nunca he estado más comprometido que en antes, para prueba que jamás había bajado tanto, lo máximo en alguna ocasión fueron 20 kilos, ni siquiera me imaginaba en el pasado que tendría en el futuro (mi presente) como hábito ir al gimnasio ni mucho menos ver resultados en la tonificación de muslos, pantorillas, hombros y en los antebrazos; tampoco pensé que lograría hacer 50 minutos trotando en la elíptica cada vez que fuera al gym, jamás había tenido esta condición física.
Bueno, nos despedimos y me agendó la próxima cita para el 20 de febrero, al salir del consultorio me mentalicé para hacer perfecta la dieta, así como que esa cita agendada sería la última vez que la vería, pensaba en darle las gracias pero a su vez expresarle que fue desagradable y mala estrategia su intento de aliento para que llegará ya a los 40 kilos menos, que dar ultimátums no es forma de motivar a las personas.
Le platiqué a unos amigos y también se quedaron extrañados de la inexplicable postura de mi futura ex-nutrióloga, pensé que nos estabamos haciendo amigos.
El forzoso cierre de un ciclo
Fue hasta el viernes 9 de febrero en la noche que publiqué en mi Facebook personal que me recomendaran nutriólogos, a los minutos vi invadido mi estado de sugerencias al por mayor, aunque en su mayoría el costo más alto que con Milena, técnicamente sería la diferencia de lo que me ahorraría en gasolina por ir a su consultorio, que se ubica hasta donde da vuelta el viento.
Al día siguiente me encuentro con un inbox de Milena, decidí no abrirlo hasta después de desayunar, al leerlo, este comenzaba con una captura de pantalla de mi estado pidiendo que me recomendaran nutriólogo y agregó el siguiente texto: “Deseo de todo corazón que puedas encontrar a alguien que pueda motivarte a seguir cumpliendo tu objetivo, sé que sí puedes hacerlo, solo te falta mejor compromiso y seguramente con alguien diferente podrás hacerlo. La taza que tengo guardada sigue siendo tuya, espero pronto ver ese video de tus 40 kilos abajo para entregartela. Me hubiera gustado despedirme en persona, mucho éxito Humberto! (emoticon de beso)“.
No lo podía creer, osea que era yo a quien le faltaba compromiso y no a ella en su asesoramiento, como reducir las calorías en mi plan alimenticio, es más, hasta asumió que el nutriologo era para mi cuando pudo ser para mi madre o un vecino, pero no.
Entonces le mando el siguiente mensaje: “Ya tenía sospechas de que no querías seguir atendiéndome, en la consulta pasada dije que tuve un ligero desliz, no obstante bajé 100 gramos, 1 cm menos de cintura, volvió a bajar mi grasa visceral, mi grasa corporal, aumentó mi consumo de agua, es decir, los indicadores internos fueron buenos y ¿Decides decirme que me pones un ultimátum porque no he llegado a los 40 kilos abajo y agregando que busque a otra persona si en dos meses no logro la meta? Esa no es forma de alentar a la gente que está comprometida y pese a un ligero tropiezo siguen habiendo resultados positivos. Con este mensaje de despedida reafirmas mi sospecha de que ya no me querías ahí, sobre todo cuando tenemos una cita agendada, eso no es profesional y creo que usaste mi estado de facebook como excusa para deshacerte de mi por tus limitaciones. Gracias por todo y por favor, no utilices mis resultados para hacerte promoción. Suerte.”
Posteriormente la bloquee, no quería leer más sus excusas o explicaciones vacías plagadas de mentiras, no sé si ya no quería trabajar conmigo porque me seguía cobrando lo mismo desde el 2021 aunque aumentó la tarifa gradualmente pero aún así pagaba menos que los de nuevo ingreso, ignoro si alguien le recomendó tomar esa medida del “ultimátum” para intentar alentarme a llegar a los 40 kilos menos, no sé.
Por lo pronto, no quiero regresar a esa vida sedentaria de a mediados de 2021, no quiero ni voy a aumentar un kilo más de grasa, así que iré con un profesional enfocado en dieta deportiva, pues tampoco pienso dejar el gimnasio, empecé por salud y sigo por salud, puro pa delante, alv.
pues sin dejar las tortillas de harina, las hamburguesas y las pizzas, cómo vas a bajar de peso ? pinche gordo guango de mierda obeso mórbido jajajaja Te lo mereces por acomplejado hahahahahaha