“Ruido” es una película que iba bien hasta convertirse en propaganda hembrista
Muchos están hablando de Ruido (2022), la nueva película de Netflix que alcanzó el número 1 a nivel mundial en dicha plataforma, la cinta abordar el tema de los desaparecidos en México pero lamentablemente se transforma en un panfleto feminista hembrista.
Desde que vi el trailer me llamó la atención por intentar plasmar una herida abierta en México, que son las desapariciones pero al ver que la protagonista se encontraba rodeada de encapuchadas con pañuelo me las olía de que algo no iba terminar bien y lo confirmé al verla ayer.
La cinta trata de Julia, la madre de Ger, una joven graduada de psicología que se va de vacaciones con sus amigas y desaparece. La película empieza con Julia acudiendo a la fiscalía, siendo atendida con desdén y errores de las autoridades, mostrándolas como incompetentes e insensibles. Luego ella hace una odisea para intentar encontrarla con el apoyo de Abril Escobedo, una periodista que se interesó en su caso y se hacen amigas.
Andando de allí por acá, se da cuenta de los movimientos no gubernamentales para dar con personas desaparecidas; hasta que un fiscal le permite hablar con uno joven detenido que operaba en la zona del bar donde fue vista por última vez su hija y le deja en claro que la desparecieron por consumir droga de un grupo rival, le dice que nunca la va encontrar.
Por esta impotencia, Julia termina uniéndose a un contingente feminista que toman un inmueble del gobierno y son desalojadas por policías hombres granaderos a la fuerza, dándose la represión.
El final es ambiguo para muchos, pues le dan un golpe a Julia y cae, posteriormente una encapuchada le tiende la mano, la levanta, ella la sigue y se ve en otro plano, en un campo abierto donde la encapuchada al revelar su rostro nos damos cuenta de que es Ger, en otras palabras, Julia murió.
Lo Bueno
Las actuaciones son excelentes, Julieta Egurrola encarna a Julia y transmite su dolor, así como el papá y el hermano. Los diálogos se sienten naturales y familiares, la fotografía es buena, la musicalización adecuada, así como la puesta en escena.
Hay secuencias donde podemos sentir la tensión con solamente ver a Julia caminar por ciertos parajes como al meterse al trailer lleno de cuerpos buscándo a su hija o cuando salen despavoridas Julia y su amiga periodista bajando las escaleras de una zona peligrosa.
La edición es aceptable aunque pudo ser excelente recortando fácilmente unos 10 minutos de la hora con 45 que dura, secuencias largas que pudieron agilizarse con quitar algunos segundos. La dirección es buena, pese a que la cinta termina convirtiéndose en un panfleto hembrista.
Lo Malo
Si bien la edición es buena, podemos recortar secuencias largas como cuando Julia se va del departamento, así como el recurrente recurso de poner a Julia en un campo abierto escuchando ruido o gritando a la nada, son escenas largas que nos quedaría claro con 30 segundos y no con 2 minutos una y otra vez.; por esto algunos les puede llegar a parecer que tiene un ritmo lento.
En un momento de la cinta, Julia se une a madres buscadoras de San Luis Potosí, momento en el cual vemos a este grupo real participar en la cinta, convirtiéndose en una especie de testimonio documental en una narrativa presuntamente de ficción, puede que algunos le parezca de mal gusto, otros les daría su visto bueno por poner a las personas reales y no actores a interpretarlas.
En este sentido, a mi me agradó que participarán, pero por otro lado puede ser que los realizadores hayan querido legitimar su cinta con la participación y su mensaje final.
Lo Feo
En “Ruido” los pocos hombres que aparecen en la cinta son mostrados como incompetentes, que no toman iniciativa en nada, básicamente la película ponen a los hombres como generadores de violencia y hasta en ciertos momentos como insensibles; tremenda visión sexista.
Por ejemplo, el papá de Ger nunca se suma a la búsqueda de su hija, así como el hermano (hijo de Julia) que a pesar de decirle que le duele la muerte de su hermana y que llora todos los días pensando en ella le reclama a su madre por estar ausente, luego no volvemos a ver al hijo ni hacer nada ni sumarse con ella para dar con su hermana.
Hay un momento de la película antes de iniciar la búsqueda por su cuenta cuando Julia acude a un grupo de apoyo de familiares de desaparecidos y solamente hablan las mujeres que perdieron a otras mujeres, nunca vemos a un hombre hablar en esa reunión.
Cuando tienen protagonismo los hombres (aunque de forma secundaria) son en dos momentos claves, el primero cuando un comando armado detienen un autobus, puros hombres armados le dan levantón a la periodista y nadie hace nada, tampoco Julia hizo algo por salvar a su amiga.
Podemos entender que uno siente gran impotencia en ese momento y que si hablas o intentas algo también te tocará a ti; plasmando así en la película la desaparición de periodistas en México, pero con una mujer, no con un hombre.
¿Por qué no intentó nada? Recuerden, el silencio es complicidad, así como para que el mal triunfe solamente se necesita que los hombres buenos (perdón, luego me tacharán de machista) quise decir que las personas buenas no hagan nada; el miedo nos gana muchas veces pero en cine poner una visión pesimista en situciaones que ni los amigos que apoyaste te ayudan, me hace genera conflicto.
Lo Peor
Lo peor de la cinta es que trata de justificar que por la solidaridad de colectivos feministas se vandalicen y hagan destrozos, queda plasmado con el diálogo de una de estas del pañuelo verde al decir con una sonrisa “¿Eres de esos que defiende monumentos?”, a estas alturas ya es una táctica desgastada que no abona a nada, digo esto porque el hashtag con la que comparten la película es #HagamosMásRuido.
Al final de la cinta vemos un relato parcial y romantizado del vandalismo alentado por los realizadores de la película, pues las encapuchadas toman un edificio público, hacen destrozos y crean una hoguera, entran los granaderos y hacen detenciones indiscriminadamante con lujo de violencia, esto jamás a sucedido con las feministas en México.
En todas las manifestaciones feministas en México el gobierno ha permitido que porten armas blancas (martillos, marros o fierros) para causar destrozos, así como incendiar lo que quieran y pintarrajear lo que se les antoje, la policía solamente está observando y ya.
Lo otro es que las manifestaciones siempre están presentes policías mujeres como el escuadrón Atenea, quienes básicamente se paran con sus escudos para ser agredidas desde martillazos y hasta bombas molotov les han arrojado; nunca han detenido a nadie, excepto en Mexicali que quemaron la fiscalía del estado y arrestaron al azar al rededor de 10 personas como chivos expiatorios del incidente.
La tormenta verde se ha caracterizado por propagar terror como en Hermosillo, donde agredieron a un hombre en una iglesia que intentaba dialogar con ellas, puesto que ellas querían entrar a la fuerza a la iglesia mientras habían familias (hombres, mujeres, niñas y niños, personas de la tercera edad), en transmisión en vivo se veían los llantos de estas personas.
En Conclusión
“Ruido” es una cinta bien narrada con buen ritmo, que iba por buen camino hasta que terminó siendo un panfletismo feminazi, da una visión pesimista y fatalista de nuestro México haciendo apología del vandalismo.
El mensaje es que el destruir y vandalizar es justificado por el dolor ajeno de otros; que las autoridades incompetentes están para reprimirte pero en la realidad, los colectivos feministas siempre salen impunes de hacer dicho ruido mientras siguen las desapariciones. “Ruido” quiere mostrar a las feministas como mártires cuando se manejan como un grupo de odio, desde su discurso al decir que las mueve “la rabia”.
Reitero, “Ruido” iba bien pero con ese final se cae su discurso imparcial, la realidad es compleja pero que distorsiones la realidad que pretendes retratar para crear un impacto en el espectador es no tener madre, Netflix siendo Netflix.